Gijon antiguo

Fotogalería: Gijon antiguo 1

Fotogalería: Gijon antiguo 2

Condiciones de vida de la clase obrera

 







Durante los primeros años del siglo XX Gijón experimentó un constante aumento de población dirigido a cubrir la incesante demanda de mano de obra que la industrialización requería. La procedencia de la nueva población gijonesa, mayoritariamente asalariada, era, en primer lugar, de la zona rural del propio concejo y del resto de Asturias y, en menor grado, de la meseta castellano-leonesa, desplazándose familias enteras desde las zonas más pobres de Castilla en busca de trabajo.
En la última década del siglo XIX el número de obreros empleados en la industria gijonesa ascendía a 11.000, cantidad que se eleva a unos 16.000 en el cambio de centuria. Si tenemos en cuenta que la población obrera de Asturias en 1902 era de 35.609 trabajadores, se puede comprobar la importancia de la ciudad en el desarrollo industrial regional, actividad en la que Gijón reunía a casi la mitad del total de la mano de obra del sector secundario. También conocemos el volumen de la población obrera femenina gijonesa en esos años, que giraba en torno a unas 4.000 trabajadoras, mayoritariamente empleadas como cigarreras y tejedoras, cifra elevada que constituía una cuarta parte de la masa laboral local, caso excepcional en Asturias.
En la esfera laboral la jornada de trabajo normal era, en los primeros años del siglo XX, de 10 horas diarias en fábricas, talleres y actividades de construcción, aunque oscilaba según las estaciones ya que se ajustaba a la luz natural hasta que a partir de 1910 se generalizó el uso de la electricidad en las empresas. En algunos otros sectores más especializados, como el de los carpinteros y ebanistas, la jornada era algo más corto, en tomo a las 8 horas, pero en ambos casos se trabajaba durante 285 días al año pues el descanso laboral se reducía a los domingos y festivos, reducidos a quince jornadas. Las condiciones en las que se desenvolvía la actividad laboral eran pésimas, por la absoluta ausencia de prevención y la más que evidente falta de higiene y ventilación de los locales, especialmente en sectores como la metalurgia o la Fábrica de Tabacos, factores que hacían aún más penoso el desempeño de las tareas fabriles, durante tantas horas y tantos días.
Los salarios se percibían en relación directa con horario laboral, es decir, si no se asistía al trabajo por enfermedad, huelga, o cualquier otra razón, no se recibía el jornal correspondiente. Se cobraba normalmente con periodicidad semanal, pero, en ocasiones, las empresas, en represalia por algún conflicto laboral, dilataban el pago de salarios hasta hacerlo quincenal, lo que podía trastornar bastante las economías familiares. Los jornales que se pagaban en Gijón a principios de siglo oscilaban entre las 1,50 ptas. diarias, que recibía un peón, a las 3 ptas. que cobraban canteros, carpinteros, albañiles o zapateros, o las 4 ptas. de un calderero o de un herrero. Bien es verdad que había jornales más altos, a los que sólo llegaban obreros muy especializados, pero también los había más reducidos pues las mujeres solían cobrar un 50% menos, si bien se dedicaban a oficios considerados, en teoría que no en la práctica, menos agotadores.
Con estos jornales y salarios la familia tenía que hacer frente a los gastos básicos de vivienda, alimentación, calefacción y vestido. Respecto a la vivienda, había que recurrir obligatoriamente al alquiler pues no había posibilidad ni de ahorro ni de endeudamiento para su compra, optando por casas próximas a los centros de trabajo que se concentraban en los arrabales obreros (El Natahoyo, La Calzada) o en las ciudadelas de La Arena con retretes colectivos y sin fachadas a la calle. Por una casa de unos 35 m2, con cocina y dos pequeños dormitorios, se pagaban de 16 a 25 ptas. mensuales, cantidad que sólo se podía obtener reuniendo varios jornales. El segundo gasto imprescindible era el pago de los productos alimenticios básicos, caros en relación con los salarios, pues con el salario diario de un peón (1,50 ptas.) permitía comprar tres litros de leche o tres kilos de pan y con el de un carpintero (3 ptas.) equivalía a 1 kilo de carne, otro de pan y 1 litro de leche. El encarecimiento de los productos alimenticios obligaba a la población obrera a seleccionar los alimentos más baratos, como, las patatas, las verduras o les fabes, componente básicos del tradicional pote.


"El conflicto social. Cuestión social y movimiento obrero entre 1900 y 1923" en Historia de Gijón, coleccionable del diario El Comercio, José Luis Carmona, Gijón 2001

Extraído de: https://www.netcom.es/ccoo-amg/8teorprac/1900gijon/1900gijon.htm#condiciones

La fotografia de los hombres pertenece a https://www.telecable.es/personales/pachindemelas/Fotos00.htm



La fotografía de las mujeres pertenece a la Galeria de Von Aisaider Personal femeninu de la fabrica de vidrios 'La Industria' Xixón

La Villa de Jovellanos en 1882.(6)

 






El aspecto de la población es el de una verdadera capital en el extenso vecindario de la parte moderna, y sobre todo, en la calle Corrida donde están los comercios más animados y en cuyas anchas aceras se reúne el paseo, durante las noches de la buena temporada, mientras la música entretiene á los concurrentes. Las edificaciones, de dos pisos, son de bien labrada sillería, con abundantes miradores en muchas de ellas, y blanqueadas y limpias en el resto. Las calles modernas, tienen posteriormente otras más estrechas con cubiertas galerías de maderas y de cristales. Hay excelentes fondas: La Iberia, El Comercio y Las Cuatro Naciones; y concurridos cafés., entre ellos el Suizo y el Oriental. Sus paseos más concurridos, además del muelle de Pando, son el de Begoña, próximo al restaurado santuario de este nombre, y el de la Iglesia ó de Valdés, delante de la. parroquia de San Pedro, con magnificas vistas sobre la playa de San Lorenzo y de los baños. Gijon tiene también un Teatro no muy concurrido y los Campos Elíseos, verdadero punto de reunión y de recreo durante la buena temporada.

Dicen las gentes qué conocen á Gijon, que si aun le falta algo á la villa para su comodidad, embellecimiento y definitivo progreso, se debe á las grandes rivalidades que en ella se agitan, luchando en dos ó tres opuestos bandos. A ellas se achaca, por ejemplo, el que no sea su Instituto una gran escuela industrial, el que la población carezca de abundantes aguas potables, y el que no se haya realizado la construcción del gran puerto de abrigo de Musel, cuyo concienzudo y difícil estudio publicó hace tanto tiempo el insigne é infatigable ingeniero Don Salustiano Regueral, el atrevido y afortunado contratista constructor de los trozos superiores del paso del ferro-carril por el puerto de Pajares, que he descrito.

Los que deseen conocer el pasado de Gijon, al través de todos los tiempos, vean la curiosa obra titulada: Historia de la villa de Gijon, de Don Estanislao Rendueles, con notas del Sr. Caveda; y los que quieran enterarse de la fisonomía y carácter de la villa, vean las inspiradas páginas del libro que con el titulo de Una villa del Cantabrico-Gijon, escribió el insigne orador, publicista y político Don Rafael M. de Labra.

De Gijon se ha dicho que es una perla y hay que añadir que está engastada entre una sarta de ellas. Si vale mucho la villa en sí, ¿cuánto no valen sus admirables alrededores? ¿Quién no ha oido ponderar las quintas y las posesiones campestres de Somió, de Deva, de Cabueñes, de Ceares, de Tremañes y de Jove? En estos bellísimos parajes, á la vista del mar, hay en efecto magníficos puntos de retiro, de descanso y de recreo, con expléndida vegetación, con elegantes edificios, con ricos regalos de mar y de tierra y en los que no falta nunca afectuosa y solícita hospitalidad. Las giras, dias de campo y romerías que en ellas se verifican, dejan inolvidables y gratísimos recuerdos.

Gijon brinda además á los hombres curiosos magníficas expediciones de verano al cabo de Torres, á Carrio, á Perlora, á Candas, á las hermosas playas de Luanco, á las minas del cabo de Peñas, á las cercanías de Gozon y á la noble é histórica Aviles, recorriendo el áspero y pintoresco camino, que apenas se separa de las playas del Océano.



"Caminos de Hierro de León, Asturias y Galicia - De Palencia a Oviedo y Gijón, Langreo, Trubia y Caldas", Ricardo Becerro de Bengoa
Cronista de Vitoria, Catedrático de Física y Química, Académico correspondiente de la Historia, etc.
Palencia, 1884, Alonso y Z. Menendez, Editores, D. Sancho, 13.

Las seis entradas, son un pequeño recuerdo, a Jovellanos en el 199 aniversario de su fallecimiento.

Gijón 5 de enero de 1744. Puerto de Vega, Navia 27 de noviembre de 1811.


El texto de las entradas está sacado de la web :https://www.xtec.cat/~cgarci38/ceta/index.htm ,contiene muchos articulos de gran interes, las fotos son de mi colección particular a excepcion de las de publicidad que pertenecen a la Biblioteca Virtual del Principado de Asturias

La Villa de Jovellanos en 1882. (5)

 









Los principales establecimientos industriales son:

La fábrica de tabacos, que ocupa el exconvento de Agustinas desde 1842, insuficiente hoy, en la que trabajan 1660 operarías con 23 maestras, que elaboran 120000 cajetillas de cigarros, 600000 de picado, 27000 kilogramos de cigarros peninsulares y 270000 comunes.

La fábrica de vidrios, de los Sres. Cifuentes, Pola y compañía: situada en el extremo sur de la villa, fundada en 1845, dirigida por los Sres. Hijos de Truan, que ocupa 540 operarios y que produce géneros tan admirables, finos y extraordinarios como los más celebrados del extranjeros.

La fábrica de conservas alimenticias de Don Anacleto Alvar González, en la calle de Ezcurdia (1867), que ocupa á 50 operarios, que elabora 100000 latas de sardina y 15000 de otros pescados cada año, surtiendo especialmente á la isla de Cuba.

La fábrica de chocolate «La Industria» y de sidra «La Asturiana» del Sr. Zarracina, Teatro y la «Primitiva Indiana» de don Narciso Estrada, en el paseo de Begoña;

La fábrica de alambres, puntas de París y fundición de hierro de Moreda y Gijon, en Natahoyo (1879), que ocupa á 250 operarios y produce cada año 36000 quintales métricos de lingotes, 29000 de hierros pudleados, 26000 de hierros y alambres laminados, 10500 de alambres estirados, brillantes y cobrizados y 10500 de puntas de París: dirijen el establecimiento los ingenieros don Isidoro Clausel y don José Martin.

La fabrica de loza «La Asturiana» de los señores don Mariano Pola y Compañía; establecida en Natahoyo en 1876, que ocupa á 300 operarios y que de sus magníficos hornos de cocion de bizcocho y de barniz y de sus grandes muflas de estampados y esmaltados obtiene 13000 quintales métricos de loza.

La fábrica de aglomerados de Pola, Guihou y Compañía en Natahoyo.

La sierra mecánica y depósito de maderas del Norte, de don Demetrio Castrillon, en Natahoyo.

Cuenta además Gijon con una fábrica de curtidos, dos de jabones y bujías, una de cerveza, ocho de conservas, cinco de yeso y cinco de salazón. Hay dos imprentas; y la publicidad está representada por los periódicos El Comercio y El Gijon. Se cuentan también nueve casas de navieros y treinta y seis respetables casas de comercio y de banca.



 

Electra del Llano

 

 

Central térmica construida a comienzos del siglo XX por "Electra Industrial de Gijón" empresa que es absorbida por la "Compañía Popular de Gas y Electricidad de Gijón" en 1906.
De esta central sólo queda el recuerdo en forma de una calle y un parque del mismo nombre y en el mismo lugar donde estaba ubicada.

Fue construida estratégicamente pues, por un lado recibía el carbón por la llamada carretera carbonera y por otro lado suministraba energía eléctrica a las zonas de puerta de la villa y centro de Gijón además de las numerosas fábricas que en aquella época se asentaban en la zona industrial del Llano.
 

Zona fabril El Llano

  • Fábrica de Orueta (1885) dedicada a la fabricación de forjas, palas metálicas que llegó a fabricar vagones de tren, esta fábrica tenía gran cantidad de obreros.
  • La Positiva, fabrica de mosaicos
  • Condal, fabrica de jabones
  • Visnú, fabrica de productos de belleza
  • La Primitiva Indiana, fábrica de chocolates
  • Unión Cantábrica, fábrica de camas
  • La Suiza, fábrica de bombones



En 1909 se electrifica el tranvía de Gijón, corriendo el suministro eléctrico a cargo de la central de "La Electra".
El 4 Diciembre 1919 D. Policarpo Herrero Vázquez, D. Narciso Hernández Vaquero, y D. José Tartiere Lenegre, entre otros, fundan la Sociedad Anónima "Hidroeléctrica del Cantábrico - Saltos de Agua de Somiedo"
En 1942 la Compañía Popular de Gas y Electricidad de Gijón es absorbida por Hidroeléctrica del Cantábrico, S.A.

Cuando esta central térmica dejó de funcionar se convirtió en el almacén de Electrogás y así es como muchos de nosotros recordamos tal construcción.

 

El Comercio. Anuncio y Noticias 1878

 

SEPTIEMBRE

  • El municipio de gijon tiene 31.320 habitantes.
  • Salen a subasta en Madrid las obras del tunel ferroviario de Pajares.
  • Varios buques británicos han llegado a puerto para cargar avellanas asturianas.
  • Exposición del Santo Sudario en la Catedral de Oviedo.
  • Robo de dinero y de distintos objetos en el comercio de los Cuatro Cantones.
  • Se ha aprobado la construcción de una nueva dársena en el antepuerto, cuyas obras comenzaran la primavera próxima.

OCTUBRE

  • Se ha fundado en Gijón una sociedad cooperativa.
  • Aprobado el expediente de la carretera de Villaviciosa a El Puntal con un presupuesto de 48.605,09 pesetas.
  • Se ha iniciado el curso escolar con 59 escuelas primarias a las que asisten 4.927 alumnos.

NOVIEMBRE

  • Llegada Gijón de cinco religiosas del Santo Angel de la Guarda que se proponen establecer un colegio en la Plazuela de la Soledad.
  • Festividad organizada por la Cofradia de Santa Cecilia que incluye un programa musical, la misa y el reparto de cien libras de pan a los pobres.

DICIEMBRE

  • Toma de posesión del nuevo Gobernador Civil de la provincia, Sr. Salido.
  • Se ha procedido a rellenar la última parte de la calle Uría hacia la salida de los Campos Elíseos.
  • Dimisión del Alcalde de Gijón y del resto de la Corporación.

Extraido del libro: Testigo de la Historia, 125 años. El Comercio 1878-2003

Plano de Gijon año 1912