BERTO TURULLA

Alberto Berciano

 

Escrito por Edu Senogul


Os voy a presentar a Berto "Turulla". Quizás alguien sepa quién es, aunque no creo que muchos. Su verdadero nombre era Alberto Berciano y fue un teclista gijonés (del barrio de La Calzada, más concretamente) que tuvo una breve pero muy intensa actividad durante la segunda mitad de los 70 y la primera de los 80 aquí en Asturias. Tristemente, murió electrocutado en 1983 al ir a revisar unos enchufes durante el descanso de uno de sus conciertos. Salvo los músicos y amigos que fueron coetáneos suyos, las nuevas generaciones que puedan conocer a Berto se debe, sobre todo, a este último dato. Su legado musical es muy poco conocido por varias razones que ahora mismo llevaría mucho tiempo a explicar. Pero fue una de las personas más implicadas con el rock progresivo-sinfónico y un auténtico pionero.
Fue uno de los primeros en tocar un Minimoog en Asturias. Tuvo un grupo instrumental (aunque a veces había scats vocales) llamado La Turulla en el que ellos mismos reconocían influencias de gente como Yes, Return To Forever o Música Urbana. El grupo tuvo una vida muy corta (1977-1978) y no dejó ninguna publicación oficial. Participó, además, en varias grabaciones como teclista y arreglista de algunos cantautores asturianos, dándoles ese pequeño aire progresivo en la instrumentación (como el caso de los primeros álbumes de Carlos Rubiera o Xulio Ramos). Su último grupo, y el que le dio la fama aquí, fue Cuélebre, una banda de pop-rock melódico, con muchos "dejes" sinfónicos y elementos relacionados con el folklore asturiano. Publicaron tres LPs (en el tercero ya no estaba) y un SP, además de varios singles (Made in Asturies, Felices fiestas, Ave Fénix y Cuélebre). Nada de esto está publicado en CD. Como curiosidad, en Ave Fénix se incluye una versión en castellano bastante buena del "Games people play" de Alan Parsons Project (aquí titulada "Los juegos de la gente").





Tras su muerte se hizo un concierto homenaje en el estadio de fútbol gijonés ("El Molinón"), siendo la primera vez que se organiza un evento musical en este entorno. Hubo mucha gente y es un concierto que recuerdan aún muchos gijoneses, con muchos músicos implicados (y con Miguel Ríos y Víctor Manuel como cabezas de cartel).

La cuestión de que os hable de este músico es por lo siguiente. Entre otras cosas, yo trabajo como colaborador del Archivo de Música de Gijón, una institución dependiente del Ayuntamiento de Gijón que se ocupa de cuestiones varias del patrimonio musical asturiano y su preservación, con especial énfasis en la música tradicional. Entre otras cosas, esto se traduce en publicaciones de grabaciones de campo, estudios de investigación, conferencias, conciertos, exposiciones, etc. Sin embargo, he estado unos años promoviendo una nueva línea de estudio que también contemple la música popular y por fin esto se va a plasmar, tras muchos esfuerzos. Por ello, el primer trabajo en el que estamos involucrado es un estudio que, tomando la figura de Berto como eje principal, también profundice en la escena asturiana de los años 70, tan ignorada en las publicaciones de este ámbito en el Principado. El libro, que se publicará si todo va bien, en Abril de 2010, se acompañará de material audiovisual:

- Un DVD que contendrá un documental dirigido por el hermano de Berto (Roberto Berciano) y que contará con varios testimonios de músicos asturianos de los 70 (en la actualidad, claro) e imágenes documentales de la época (como la grabación del primer single de Carlos Rubiera en el que colaboró, entre otros, Manolo Jiménez, baterista de Crack). Además, estamos en aras de incluir varios extras como algunos vídeos documentales de la época. Aquí os muestro uno de lo más interesante. Berto tocando el minimoog en una actuación del dúo folk Nuberu en Avilés (1978).



- Un CD en el que se incluirán algunos de los registros más representativos de Berto, incluyéndose más de 30 minutos que hemos rescatado de una cinta de ensayos de La Turulla, lo cual supone una importante noticia para el conocimiento del progresivo español. Realmente merece mucho la pena escuchar lo que hacía este grupo, muy adelantado en el panorama asturiano de su momento.

Por último, indicaros que Senogul estamos grabando una suite honorífica a Berto, confeccionada a partir de alguno de estos materiales musicales y que acompañará, como fondo musical, a la galería fotográfica y hemerográfica del DVD

 

 

LUIS MIGUEL PIÑERA Allá por el año 1977 yo conocí a Berto Turulla, a Alberto Martínez Berciano, primeramente como «el hermanu de Roberto Berciano». Eran tiempos raros. Había muerto Franco y ayuntamientos democráticos no los habría hasta dos años más tarde. Cuando se pudo elegir concejales y alcalde, los gijoneses optaron por mayoría socialista, pero también por un potente grupo comunista, y tanto el Alcalde como el concejal de Cultura y Juventud, Francisco Villaverde, asumieron pronto la demanda de los vecinos de inaugurar y potenciar locales para jóvenes. Locales en La Calzada -el territorio de Roberto y Berto- pero también en Pumarín, en El Llano y en otros barrios. Hasta entonces no había nada parecido. Unos locales para jóvenes y gestionados por ellos mismos era impensable hasta bien poco antes.

Por el centro juvenil de La Calzada, en un bajo de las casas de La Algodonera que recuerdo como si fuera hoy mismo (grande, destartalado, con un tocadiscos?) andaba Berto. Grande también, destartalado en el atavío y con la música siempre presente. Ya entonces estaba empeñado en echar adelante un grupo musical que llamaba «La Turulla», y Berto Turulla le quedó desde entonces. Uno -quien esto escribe- trataba en aquellos años, desde la Sociedad Cultural Gijonesa y desde Juventudes Musicales, de colaborar en poner imaginación a la cultura local, que buena falta le hacía. Pero Berto, ya Berto Turulla para todos, no echaba imaginación como el resto, echaba más que eso. Ponía realidades. La primera vez que vi sobre un escenario a «La Turulla» -no recuerdo si fue en La Panerona del Pueblo de Asturias o en el teatro de la Universidad Laboral- quedé boquiabierto. Aquel chaval que colaboraba con Juventudes Musicales organizando audiciones y en lo que se llamaban disco-fórum, era un genio. Y estaba por ahí, era de los nuestros, era de La Calzada.

Por aquí, por Gijón en aquellos tiempos, andaba un grupo llamado «Renacencia» que hacía «rock en madreñes», y otro de nombre «Guaxa». Y «Asturcón» y «Crack» y «Nuberu» y Carlos Rubiera. Y Daniel Vega que en 1976 había grabado la vanguardista obra (como «folk progresivo», la bautizaron) «La noche que precede a la batalla». Pero lo de Berto y «La Turulla» era otra cosa. Luego su carrera tomó caminos siempre no trillados como fueron los antológicos arreglos del disco «Esparabanes», de Julio Ramos, y naturalmente su participación en el grupo «Cuélebre» con el, desde entonces, clásico Tecnopericote.

Berto, ese chaval de La Calzada, murió encima de un escenario y nunca quiso volar alto porque siempre tuvo interés en estar cerca de la realidad gijonesa, cerca de los de su clase, cerca del suelo. Berto no volaba. Se arrastraba haciendo surcos en el barro del barrio que lo vio nacer. Como los grandes, dejando huellas en la tierra, como un mito. Como el cuélebre. Hace unos días el Ayuntamiento aprobó el poner su nombre a una calle de su barrio, y así un músico «moderno» pasó al callejero de Gijón. Lo máximo.

El día que murió Berto Turulla, el 3 de abril de 1983, hace ahora 26 años, era domingo de Resurrección. En Gijón comenzaba el día siguiente una huelga de cuarenta y ocho horas en la factoría de Duro Felguera, y el Sporting empataba a un gol en El Molinón frente al Sevilla. La Liga tocaba a su fin y el Sporting acabaría octavo de la Primera División. En el barrio de La Calzada se hablaba de reivindicaciones vecinales y, sobre todo, del incendio que había arrasado Cordelería Baras ahí al lado, en Jove.

Este viernes 3 de abril -como siempre desde su muerte- un grupo de amigos de Berto Turulla se reúne en el bar La Bombilla, Tírate al matu, en Jove, a partir de las 19.30. Coincide que es Viernes de Dolores. Normal.

 

Gijón rinde tributo al músico Berto Turulla

al dar su nombre a una calle de La Calzada