RUTA HISTÓRICA EN GIJÓN

 

Un recorrido por iglesias antiguas, casonas nobles y un hermoso paisaje arbolado por la zona central y oriental de Gijón.

Descripción de la ruta:
Se invita al visitante a recorrer las parroquias que guardan en su arquitectura la memoria del pasado de Gijón viendo iglesias antiguas, casonas de la nobleza local y hórreos centenarios. Viajando entre prados siempre verdes y frondoso arbolado es fácil olvidar el presente e imaginar el Gijón rural que el ilustrado gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos recorría a caballo hace doscientos años. Se sale de Gijón por la Avenida de la Constitución para enlazar con la carretera que lleva a Oviedo, la AS-18. Pasada la ronda de circunvalación y el centro comercial que existe en la zona, se abre a la derecha la salida hacia Porceyo y nada más dejar la vía rápida, a la derecha nuevamente, un pequeño cartel indica Porceyo. Al llegar a la plazoleta, desde el panel que informa sobre los atractivos turísticos de la parroquia, se recomienda dar un corto paseo (1 km.) a pie en sentido circular. Finalizado el paseo se ve a la izquierda la espadaña de la iglesia de San Félix, una de las más interesantes del concejo y que conserva algunos elementos del románico, como dos capiteles figurativos con temática animal y vegetal.

Saliendo de Porceyo se cruza por debajo la carretera AS-18 para llegar a la parroquia de La Pedrera. Antes de entrar en el polígono industrial un cartel señala La Pedrera a la derecha. Siguiendo la indicación se pasa junto a un gran eucalipto y las instalaciones de la Alcoholera de Porceyo. La vía continúa bordeando las fincas del Palacio de los Rodríguez Sampedro, ocupadas hoy por una explotación agropecuaria. Al llegar a la bifurcación hay que dirigirse a la derecha, buscando siempre la silueta de la iglesia que se alza cercana al palacio.

La iglesia de San Andrés de La Pedrera, reconstruida tras la guerra civil, ostenta una piedra de alabastro en forma de ara que era la lápida fundacional de la cercana iglesia de Santa María de Leorio.

En el cementerio, tras la iglesia, está el panteón de los Rodríguez Sampedro que reproduce bastante bien el aspecto de la antigua iglesia de Leorio, pues, no en vano, se reutilizaron aquí muchos de sus elementos artísticos. El Palacio de los Rodríguez Sampedro está dentro de la finca junto a la que se acaba de pasar. Tiene su origen en una casa tradicional asturiana a la que fueron añadiéndose elementos historicistas hasta completar un pintoresco conjunto que sugiere el estilo inglés.

Saliendo de la iglesia de San Andrés, a la derecha, a pocos metros un cartel indica el camino, a la izquierda, de la Carretera Carbonera. A 300 metros, ante la torreta metálica, se sigue por la izquierda para llegar a la carretera AS-246 a la que hay que incorporarse girando a la izquierda y, pasada la gasolinera de Mareo, se deja la carretera en el segundo cruce a la derecha para llegar a Mareo de Abajo y pasar por delante de la Escuela de Fútbol del Real Sporting de Gijón de donde han salido algunas de las primeras figuras del fútbol nacional,a continuación vemos la fuente-lavadero.

A unos 700 metros de la Escuela de Fútbol está, hacia la derecha, el cartel indicador de CPITI. Siguiendo ese desvío hay que pasar un cruce con isleta, continuar por la izquierda y, tras atravesar un estrecho túnel, se llega a la Mina de La Camocha, activa hasta finales de 2007. Junto a la mina arranca la Vía Verde, ruta peatonal y ciclista inaugurada en la primavera de 1999 aprovechando la caja del antiguo ferrocarril que llevaba el carbón desde La Camocha hasta el puerto de El Musel. Este ferrocarril fue proyectado en 1942 y dejó de prestar servicio en los años ochenta. Dado el atractivo paisajístico de su recorrido, se decidió recuperarla como Vía Verde.

Salimos hacia la derecha y llegamos a la iglesia de Huerces, desde donde se disfruta de magníficas vistas sobre la ciudad de Gijón. Esta iglesia conserva restos de arquitectura barroca popular y el hecho de ser sede de un economato durante la contienda civil evitó el que fuese incendiada como otras de esta zona. Frente a ella se alza la Torre o casa de los Valdés-Sorribas, un caserón del siglo XVIII conocido también como Casa del León.

Regresando por la misma carretera se pasa nuevamente por delante de la mina y se continúa hasta llegar a la carretera AS-248 (Gijón-Pola de Siero) hay que incorporarse hacia la derecha, en dirección Pola de Siero, e inmediatamente, el primer cruce a la derecha indica Iglesia. Se trata de la iglesia de San Emiliano de Vega que, aunque reconstruida a mediados del siglo XX, conserva todavía sus trazas primitivas que pueden identificarse con un barroco popular.Su cuidado entorno invita al descanso y es frecuentado por muchos vecinos de los cercanos poblados de La Camocha y Ciudad Virginia.

Pasada la iglesia de San Emiliano se llega a la carretera que lleva al poblado de La Camocha y hay que cruzarlo siguiendo los indicadores de Lavandera-Tueya. El poblado de La Camocha es un barrio que surgió a mediados del siglo pasado para proporcionar vivienda a los mineros y que creció con vocación de poblado autónomo, al contar con campo de fútbol, mercado y dos cines. Llegando a Tueya puede verse, a la derecha de la carretera, el Pico del Sol o Picu´l Sol al que se llega caminando desde el propio Tueya, sobre todo para practicar parapente y, si se quiere algo más tranquilo, está asegurada una magnífica panorámica de la costa central asturiana y de todo el concejo de Gijón. Al llegar a Tueya hay que buscar, en el centro del pueblo, la iglesia parroquial de San Julián junto a la que se alza un carbayu de más de cuatrocientos años de antigüedad.

Del roble o carbayo de Lavandera se dice que hubo que podarlo porque sus ramas invadían el campanario de la iglesia y amenazaban con derribarlo. Pasada la iglesia de Tueya se continúa hacia el barrio de Lavandera. Se va siempre buscando la carretera de Pola de Siero (AS-248) y al llegar a ella hay que incorporarse hacia la derecha. Las tierras que ahora vamos recorriendo constituyen un buen ejemplo de lo que fue la Asturias rural. Siguen en pie muchas caserías tradicionales, casas de labranza con sus cuadras, hórreos y huertos donde crecen los frutales, entre ellos naranjos y limoneros que aprovechan el suave clima de estos valles donde las heladas apenas hacen acto de presencia y huertos donde crecen los frutales, entre ellos naranjos y limoneros que aprovechan el suave clima de estos valles donde las heladas apenas hacen acto de presencia.

Por la AS-248 se llega a Fano, donde se puede ver su interesante iglesia, de origen románico.

La iglesia de San Juan es del siglo XII, valorada y descrita minuciosamente por Jovellanos. Posee una portada románica de gran desarrollo, formada por cuatro arcos que apoyan en columnas de fustes mitad salomónicos, mitad lisos; en la pilastra del lado de la epístola (a la derecha del espectador) hay un nicho con un altorrelieve que es una tosca representación de San Juan. Durante la rehabilitación de 1930 desapareció el ábside semicircular y el arco triunfal. Aunque sufrió serios daños con motivo de la contienda civil, conservó sus partes más importantes.

Continuando hacia Pola de Siero, la siguiente localidad a la que se llega es Quintana, interesante por los numerosos hórreos y paneras que allí se alzan y por el Palacio de los Valdés Sorribas (dueños igualmente de la casona de Huerces) a los que también se conocía como los Valdés-Fano.

Sugerimos dejar el coche en Quintana y dar un corto paseo por el pueblo. Además del palacio de los Valdés-Sorribas se pueden contemplar de cerca los hórreos y paneras, aprovechando para ver en detalle sus características. Se continúa por la AS-248 y a la salida del pueblo, a la altura del Km. 12, hay un desvío a la izquierda que lleva a Baldornón. Al llegar al barrio de Santa Eulalia (a la izquierda de la carretera) hay que dejar la carretera y entrar en él para acercarse a la iglesia.

La iglesia parroquial de Santa Eulalia de Baldornón fue edificada, probablemente, en el siglo XII. Incendiada y reconstruida en los años cincuenta, conserva en su interior elementos de interés, como los capiteles de las columnas que sujetan los arcos del altar, que están decorados con motivos vegetales y las escenas de monstruos típicas del románico. En el exterior del ábside se conserva una cabeza totémica tallada en piedra, de origen desconocido, que algunos investigadores ligan a la cultura indígena prerromana.

Se deja el barrio de Santa Eulalia para retomar la carretera local, incorporándose a ella hacia la izquierda y pasando junto al cementerio. Unos dos kilómetros después hay que desviarse a la derecha donde un cartel señala el barrio de Garbelles. Se pasa junto a la fuentelavadero y, sin desviarse de la vía principal, se llega a la Iglesia de Caldones.

La restaurada iglesia de San Vicente de Caldones conserva restos románicos como el arco de ingreso, de finales del siglo XII. El arco triunfal, aunque románico también, ya apunta la ojiva y tiene unos capiteles con figuras animales y motivos florales. Al lado, el Palacio de los Vigil de Quiñones, edificio terminado en 1636. Es el típico palacio de la nobleza rural asturiana aunque ha sufrido algunas remodelaciones como la conversión del balcón abierto en mirador acristalado.

Al dejar la iglesia de Caldones hay que reincorporarse a la carretera hacia la izquierda. En la bifurcación se continúa también por la izquierda (en sentido descendente) y, siguiendo la carretera principal, se pasa entre las primeras casas de Robledo, dejando la parte principal del barrio a la derecha, justo a la altura de la parada del autobús. A unos 1.700 metros hay otra parada de autobús y, a la izquierda, parten dos carreteras: la segunda lleva a Castiello. Tras un pronunciado descenso con magníficas vistas sobre la ciudad y su entorno, se llega a la capilla de San Miguel de Dueñas.

Con elementos arquitectónicos del siglo XII como el arco del ábside y el arco toral con esbeltas columnas. En el entorno de la capilla está la fuente-lavadero y desde allí se llega, tras un breve paseo, al Club de Golf de Castiello, donde se puede ver practicar a los deportistas. Se deja la ermita siguiendo la carretera y a 500 metros, ésta se bifurca. La vía de la izquierda lleva a la iglesia de San Pedro de Bernueces, construida en 1924 con estética neorrománica, situada en un bonito entorno.

Regresando a la carretera se retoma la dirección (hay que incoporarse a la izquierda) y se llega a una glorieta en la que se seguirá por la primera calle a la derecha. Siempre de frente se pasa bajo el puente de la ronda de circunvalación y en la bifurcación se sigue por la derecha para llegar al Campo Municipal de Golf de El Tragamón.

En Gijón hay tres campos de golf: dos municipales, los de La Llorea y El Tragamón, y uno privado, el de Castiello. El de El Tragamón es un campo pequeño, de tan sólo 9 hoyos, idóneo para iniciarse en este deporte. El de La Llorea cuenta con 18 hoyos y es frecuentado por jugadores experimentados.

A continuación del campo de golf está la Carbayera del Tragamón, resto de un antiguo bosque de robles que cuenta con ejemplares de hasta 15 metros de altura. Escenario tradicional de romerías y fiestas veraniegas, se integrará próximamente en el Jardín Botánico de Gijón del que también va a formar parte la finca La Isla, cuyos jardines prolongan el espacio de la carbayera.

Los plátanos de sombra de la finca La Isla acompañan la margen izquierda del camino hasta llegar al cruce donde giraremos a la derecha.

Se continúa dejando a la izquierda una finca cerrada en cuyo interior está la capilla de Nuestra Señora de la Corrada. A unos 300 metros hay un desvío a la izquierda hacia el Taller de Cerámica. En el cruce de cuatro carreteras tomamos dirección al Centro Hípico y en un nuevo cruce giramos a la izquierda, sin entrar en el barrio de San Antonio, para desembocar frente al muro que cierra la finca del Conde de Revillagigedo. Siguendo la carretera hacia la derecha, bordeando la finca del conde, se llega a la iglesia de San Salvador de Deva es la única construcción del concejo con restos prerrománicos: queda una arcada y media en el lado norte de la iglesia, la lápida de consagración sobre el dintel de la entrada lateral y un capitel troncopiramidal de decoración vegetal. Unos metros más allá, por la carretera de La Olla, se llega al Santuario de Peñafrancia.

Deva es también zona de merenderos y pequeños bares que invitan a hacer un alto en el camino y acompañar la sidra con una tortilla o una ración de embutidos.

Se vuelve por la carretera dejando, esta vez a la derecha, el muro que cierra la finca del conde y, sin desviarse, se llega a la N-632. Hay que incorporarse en dirección a Gijón y luego tomar el desvío a la derecha hacia la Universidad Laboral y el Hospital.

La Universidad Laboral de Gijón se construyó durante los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, según diseño del arquitecto Luis Moya Blanco. Concebida como centro docente en su interior se descubre una pequeña ciudad con capacidad para más de mil personas e impresionantes edificios cuyas fachadas constituyen un repaso a la historia de la arquitectura. El conjunto, actualmente en proceso de valoración, puede visitarse fuera de las horas lectivas.

Bordeando el hospital por la derecha se llega a la Iglesia de Cabueñes. Saliendo de la iglesia nos dirigimos a la izquierda y, a pocos metros, nuevamente a la izquierda por la carretera de entrada al barrio de Cimadevilla. Pasando entre dos robles y siempre por la izquierda se atraviesa una plaza y se encuentra, más allá, una concha que señaliza la ruta costera del Camino de Santiago.

Más adelante, la carretera se ensancha llegando a un cruce. La vía principal continúa por la derecha y, por ella, alcanzamos la verja de hierro que cierra la finca La Redonda, en cuyo interior se localiza el Museo Evaristo Valle.

Evaristo Valle fue un pintor gijonés que desarrolló la mayor parte de su obra en la primera mitad del siglo XX. Se sugiere entrar en la finca para disfrutar tanto de las colecciones del museo como de sus jardines. Este museo es un lugar ideal para visitar con niños.

Por la misma calle se llega a la Plaza de Villamanín, donde se puede ver otro ejemplo de residencia señorial: el Palacio de verano de los Obispos de Oviedo. En las proximidades está la iglesia de San Julián de Somió de estética historicista.

Desde Villamanín se puede regresar a Gijón por la carretera de La Guía o por la que llega a las proximidades de la playa de San Lorenzo. Antes de irse el barrio de Somió ofrece un buen número de bares y merenderos donde reponer fuerzas.
Fuente: gijon.info