HISTORIA DE LA MINA DE LA CAMOCHA
La Camocha, como muchas otras explotaciones mineras, echó el cierre como consecuencia del ajuste. Atrás queda un siglo de rica historia empresarial, laboral y social, siempre ligada a Gijón y con su propia idiosincrasia. De hecho, La Camocha mantuvo siempre su carácter privado y a diferencia de Minas de Figaredo, nunca se llegó a integrar como mina en la compañía estatal Hunosa.
Para hablar del origen de La Camocha debemos remontarnos a 1893 y a la familia Felgueroso, que a través de los éxitos empresariales obtenidos por uno de sus hijos, Víctor, pudo hacer el capital con el que constituir la Sociedad Regular Colectiva Hermanos Felgueroso. El dinero lo obtuvo gracias a la compra, gestión y arrendamiento de explotaciones, como las de Saús, Clara Matilde, Benita (embrión del Grupo Minero Ciaño), Entralgo y, sobre todo, La Nueva, adquiridas por un millón de pesetas de la época a Inocencio Sela.
Sabedores de que el insigne geólogo alemán, Guillermo Shultz, había confirmado en sus estudios la presencia de carbón al sur de la villa de Gijón, los Felgueroso se lanzan a su explotación sin obtener, en un principio éxito. De hecho, y pese a haber localizado carbón de calidad a 160 metros de profundidad, en la primera excavación en San Martín de Huerces toparon con una gran manantial de agua que casi les hizo desistir. La mala experiencia se repitió más veces, primero por un manto freático situado cerca de Vega; y después por una noticia que daría la vuelta a toda España y que en Asturias acabó bautizándose como: “el mecheru Caldones”.
En Caldones, en una de las exploraciones de carbón llevadas a cabo en enero de 1915, una máquina de sondeos provoca una tremenda explosión seguida de un interminable incendio. La especulación empieza a trabajar y algunos periódicos de la época titulan “¿Aparece un yacimiento petrolífero en Gijón? Pero la realidad es que se trataba de un violento escape de gas natural, de los que tradicionalmente ocurren en los yacimientos fósiles. A ver aquel enorme “mechero natural” acudieron cientos de personas: unos, ingenieros y políticos, por estudiar aquella curiosidad geológica; y otros vecinos, y hasta religiosos, por comprobar que no era el principio de una catástrofe para Gijón, o la mismísima puerta de entrada al infierno. Al final, “el mecheru” se apagó a los 4 día,s utilizando para ello ácido carbónico procedente de la fábrica de cerveza La Estrella de Gijón.
Tras el fin de la Primera Guerra Mundial, en la que España se vio favorecida por su neutralidad, la necesidad europea de carbón ánimo de nuevo a la familia Felgueroso en su aventura. Su grupo hullero ya era entonces el quinto productor de mineral español. Pero en 1920, intuyendo tiempos de crisis, vendieron gran parte de sus minas para centrarse en su proyecto de Gijón, donde en 1930 fundarían Mina La Camocha.
La primera producción del pozo se extrajo en 1935, una actividad que sin contar las huelgas y protestas, no se detendría hasta el 31 de diciembre de 2008, en la que La Camocha, ya desde hacía muchos años con empresarios distintos a sus fundadores, intervenida judicialmente y con deudas en la Seguridad Social, cerró con 160 trabajadores: unos, se prejubilaron y otros fueron reubicados en Hunosa.
Desde los años 60, las voces más afamadas de Asturias (El Presi, Vicente Díaz, Jerónimo Granda…) han hecho un clásico de “La mina de La Camocha”, canción del escritor langreano, José León Delestal (1921-1989).