RUTA POR EL MAR DE GIJÓN

 

Descripción:
Gijón la mar de verde propone descubrir la luz rotunda, cambiante de la parte más verdemar de Gijón. Desde la playa de San Lorenzo iremos bordeando el mar Cantábrico tan azul, tan bello, tan inquietante, tan querido pero también tan respetado por los gijoneses. A partir del Cabo San Lorenzo descubriremos las playas del este de Gijón y más adelante, desde la carretera N-632 y por otras secundarias, nos adentraremos en las parroquias rurales del sureste llenas de todos los matices del verde. Volveremos a la urbe siguiendo la tradicional ruta carbonera.

Iniciamos el recorrido en La Escalerona, seña de identidad de la playa de San Lorenzo. Su nombre, nos recuerda ese grandonismo local que suele llenar de aumentativos hitos urbanos como paseos, iglesias y hasta el campo de juego del Real Sporting de Gijón. Esta escalera fue realizada en los años treinta del pasado siglo XX para facilitar el acceso al arenal de las ingentes cantidades de bañistas que, ya en esos años, veían en la ciudad un centro de veraneo y recreo. Pero en tiempos más antiguos, a finales del siglo XIX, fue esa parte de la arena de San Lorenzo lugar de sentamiento de clásicos Balnearios con nombres que pasaron a la historia local: La Sultana, La Favorita, Las Carolinas y La Cantábrica y que, hace más de un siglo, atraían la atención de los naturales de la ciudad y de muchos veraneantes que disfrutaban del descanso en las verdes tierras del Cantábrico junto al mar.

No nos resistimos a iniciar nuestra marcha sin echar un vistazo a la parte de la playa hacia donde nos vamos a dirigirnos en esta ocasión. Se trata de la colina donde se asienta el barrio antiguo de Cimadevilla. Lugar donde se conservan los restos romanos de la ciudad y donde se enclavan múltiples monumentos como la iglesia de San Pedro y la escultura Elogio del Horizonte (1990-hormigón). La llamativa obra del artista vasco Eduardo Chillida es, desde su instalación en el Cerro de Santa Catalina, el nuevo y moderno emblema de la ciudad.

Para continuar por la playa debemos de hacer un pequeño desvío por la calle Capua y seguir la señalización a la Playa que nos lleva, por la calle Eladio Carreño, nuevamente al Muro de San Lorenzo. A través de las sucesivas escaleras que, como mojones de un camino, van permitiendo el acceso a la arena, disfrutamos del arenal que el Cantábrico limpia dos veces al día y nos acercamos a la zona oriental de la playa de San Lorenzo, (siguiendo siempre la señalización que nos conduce al Molinón), hacia la desembocadura del río Piles. Aquí se encuentra El Tostaderu, nombre en lengua asturiana, que recuerda que en este lugar está el tradicional solarium del arenal, en un entorno donde, a corto plazo, va a instalarse un centro de talasoterapia, remembranza de los desaparecidos balnearios. Antes de cruzar el puente, dejamos el Paseo Marítimo y continuamos recto por la Avenida del Molinón en dirección al estadio de fútbol, a la vez que disfrutamos del entorno del Parque de Isabel La Católica.

Por el lateral izquierdo del Estadio, en paralelo al río Piles, llegamos a una rotonda. Hacemos un giro de 180º y salimos de ella en dirección a la Playa por la Avenida del Doctor Fleming. A nuestra derecha iremos dejando una serie de instalaciones como el Palacio Municipal de Deportes, y la escultura Escalada (1992-acero) del artista asturiano Pablo Maojo que destaca con su intenso color rojo delante del mismo. Seguidamente se encuentra el Museo del Pueblo de Asturias, un lugar ideal para viajar por la etnografía y la arquitectura tradicional y rural asturiana donde, como valor añadido, disfrutaremos de la visita al Pabellón que representó al Principado de Asturias en la Exposición Universal de Sevilla en 1992 y al Museo de la Gaita, donde podemos contemplar una interesante colección de este instrumento, referente de la música asturiana y de otras culturas del mundo donde la gaita tomó peculiares formas y características. A continuación veremos las instalaciones del Recinto Ferial que acoge, las primeras semanas de agosto, la Feria Internacional de Muestras de Asturias y, a lo largo de todo el año, diversas ferias temáticas porque, no en vano, Gijón es una ciudad puntera en cuanto a Turismo de Congresos.

El Paseo del Cervigón, forma parte de la senda litoral que discurre por la franja costera de Gijón de occidente a oriente iniciándose en el Parque de El Rinconín y finalizando en el Cabo de San Lorenzo. El recorrido, desde el que mantenemos a nuestra izquierda la magnífica visión de la playa de San Lorenzo y de gran parte de la ciudad, nos invita a pasear, a caminar tranquilamente descubriendo colores y olores, pero desde una perspectiva que solamente andando tiene sentido. Además de bellezas naturales indiscutibles, encontraremos una serie de vanguardistas esculturas que convierten esta zona en un auténtico museo al aire libre. La primera que nos encontramos es Sombras de Luz, (1998-acero cortén), obra del asturiano Fernando Alba; El Monumento a La Madre del Emigrante, (1970-bronce), la más antigua de todas, del artista cántabro Ramón Muriedas y símbolo del dolor de tantas madres que vieron a sus hijos partir del puerto de Gijón rumbo hacia mejores perspectivas económicas; Solidaridad (1999-acero inoxidable) del andaluz Pepe Noja, en el Parque de El Rinconín, con formas cilíndricas que, a modo de eslabones, se entrelazan y la obra, también en el Rinconín, del escultor asturiano Herminio (2001-acero). Esculturas que salpican la franja litoral del municipio con aires vanguardistas. Además nos encontramos con dos balcones naturales hacia el mar, la Punta del Cervigón y la Punta de Rosario de Acuña.

Y es que la voluntad popular quiso que Rosario de Acuña (Madrid, 1851/Gijón 1923) escritora y pionera del movimiento feminista, diese nombre al lugar donde habitó sus últimos años, la casa que se recorta en el horizonte y que, desde hace tiempo, es una Escuela Taller Municipal. Tras pasar la Playa de Peñarrubia, donde se permite el nudismo, coronamos el Cabo de San Lorenzo.

En automóvil, salimos por el Parque de El Rinconín para desembocar en la carretera (GI-2) y nos dirigirnos a la izquierda, dirección a La Providencia y camino del Cabo San Lorenzo. En el cruce del alto de La Providencia, tomamos la dirección a la izquierda, donde un indicador señala Capilla de La Providencia. La Ermita de la Virgen de La Providencia fue construida en ese lugar tras la contienda civil en recuerdo de otra situada junto al acantilado cuya antigüedad se pierde en la noche de los tiempos. La capilla es famosa por la romería que convoca multitudes y por la devoción de muchos gijoneses y gijonesas que miran hacia la virgen negra de La Providencia para implorar sus favores.

Saliendo de la Capilla, vemos al frente, a la izquierda, una típica panera asturiana en madera, frente a ella, tomamos el desvío a nuestra derecha y, por un paseo urbanizado, llegamos al Parque del Cabo de San Lorenzo donde llama la atención el mirador en forma de proa de buque fabricado en hormigón desde el que podemos observar, hacia el oeste, la zona de Cimadevilla, el centro histórico de Gijón y en un alto el Elogio del Horizonte. Más al occidente, la mirada nos lleva hasta Carreño, concejo limítrofe con el gijonés. En la noche, con un matiz diferente, se podrá contemplar el reflejo de la ciudad en el mar y el juego de luces de los faros de la costa. Si nuestra mirada se dirige al este, estaremos viendo toda la zona costera donde podemos intuir las playas de Serín, La Cagonera, Estaño y La Ñora, que jalonan el camino costero hacia el municipio limítrofe de Villaviciosa. También observamos un par de esculturas que adornan el Parque del Cabo de San Lorenzo. Se trata de Paisaje Germinador, (1997-bronce) obra del asturiano Miguel Angel Lombardía y otra más cercana al mar, prácticamente junto al acantilado Homenaje a Galileo Galilei XV, (1997-acero cortén) obra del valenciano de Amadeo Gabino.

Desandamos el camino para retomar la carretera GI-2 incorporándonos a ella girando a la izquierda. Esta carretera da acceso a las playas del este que hemos mencionado anteriormente. Tras un tramo, de 3 km. aproximadamente, llegamos a un cruce junto a un bar, seguimos la señal en dirección al Infanzón, y muy pronto alcanzamos otro que entronca con la N-632. Por ella continuamos, a la derecha, en dirección a Gijón. Enseguida nos acompaña la vista de la Universidad Laboral. Un conjunto arquitectónico de lujo, obra de Luis Moya en la década de los años cincuenta del siglo XX e inmerso actualmente en un ambicioso proceso de reforma y valoración. Pasado el camping tomamos, a la izquierda, la desviación hacia Deva, topónimo de la diosa madre que para los celtas era máxima divinidad de las aguas.

Por esta carretera, tras pasar bajo la Ronda Sur, llegamos a la Iglesia de San Salvador de Deva, fundada en el 984 y única construcción del concejo que conserva restos prerrománicos. Su lápida fundacional de lo que fuera un monasterio se puede ver encima de una de las puertas de acceso. Un poco más adelante encontramos el famoso lavadero de Deva, donde las mujeres de la zona encontraban un lugar de encuentro y trabajo. Desde allí, si tomamos la vía de la derecha, llegaremos al barrio de San Antonio y si lo hacemos hacia la izquierda estaremos enfrente de la Capilla de Peñafrancia edificada en el siglo XVIII con una entrada para el pueblo pero también con un acceso privado desde la finca de los Condes de Revillagigedo.

Nuestro siguiente objetivo es el Parque Natural Monte Deva. Para ello, desandamos el camino que nos acercó a Deva y tomamos nuevamente la N-632 hacia la derecha, dirección Villaviciosa. En el Alto del Infanzón nos desviamos, también a la derecha, por la indicación a Peón siempre atentos a los indicadores que nos conducen a al Cementerio y al Parque de Deva. Pasado el Cementerio, entramos en una pista de tierra con buenos accesos rodados. Por ella, tras pasar un área recreativa y zonas de arbolado, llegamos al alto, al Observatorio Astronómico, a nuestra izquierda hay una zona de aparcamiento y, a continuación, también a la izquierda, seguimos el indicador camino de Santa Olaya y a la par que disfrutamos de la magnífica vista del Concejo de Gijón, desde esta zona alta del Parque, vamos dejando a nuestra izquierda, un centro de recepción, zona de juegos, y por último otra zona de aparcamiento.

Continuamos nuestro recorrido y, tras un buen trecho, abandonamos la pista de tierra saliendo a un pequeño tramo asfaltado y un cruce con una marquesina de autobús. Iniciaremos el descenso hacia Baldornón por el camino de la derecha. Vamos descendiendo por el valle y atravesamos el núcleo rural de Baldornón y la iglesia parroquial de Santa Eulalia, con restos románicos a pesar de la restauración realizada en la posquerra, para alcanzar la carretera AS-248, o carretera de Siero. Merece la pena tomar la dirección hacia la izquierda para acercarnos a la iglesia románica de San Juan Evangelista de Fano, (de fanum; pequeño oratorio en las orillas del camino) fundada en el lejano año de 1.145 y que conserva restos del esplendor medieval de su construcción original en la portada: arco de medio punto y capiteles con decoración vegetal, humana y animal.

Nos dirigimos a Gijón tomando la carretera hacia la derecha y bordeando el Monte Fano, tras 4 km. aproximadamente, llegamos al cruce de San Emiliano de Vega para, a la izquierda, dirigirnos a La Camocha, un poblado que cuenta con el único pozo minero del municipio de Gijón. Se trata del Pozo de La Camocha, aún en activo y donde, desde los años treinta del siglo XX, se desarrolla esa dura actividad laboral de la extracción de carbón desde el interior de la tierra. A unos 200 metros del cruce hacia la izquierda unos indicadores nos llevan al Poblado de la Camocha, Pico el Sol y Lavandera.

Aunque recomendados, nuestra ruta continúa de frente en dirección a la parroquia de San Martín de Huerces. Junto al pozo minero, comienza la conocida Vía Verde que sigue el trazado del antiguo ferrocarril que transportaba el mineral desde la bocamina hasta el puerto gijonés de El Musel para, desde allí, distribuirlo a todo el mundo. Hoy esta caja de ferrocarril es un concurrido camino senderista y de recreo, ideal para disfrutar de un par de horas a través de los actuales diez kilómetros acondicionados que, a medio plazo, se espera ver ampliados para llegar hasta el puerto.
El recorrido finaliza en el Poblado de Santa Bárbara, antiguamente Alto de Pumarín.

Dejamos atrás la mina, el inicio a la Senda Verde y la desviación a la izquierda que nos conduce a Leorio y llegamos a la Iglesia de San Martín de Huerces, de construcción moderna imitando la arquitectura románica y mirador idóneo de la zona que hemos recorrido. Emprendemos el camino de vuelta por la desviación de Leorio, a la izquierda, y al encontrar la primera señal de stop tomamos la dirección izquierda para pasar junto a la Escuela de Fútbol de Mareo, campo de entrenamiento del equipo local y una de las mejores instalaciones de aprendizaje de dicho deporte. Desembocamos en la carretera AS-246, tomando el sentido de la derecha, en dirección a Gijón. Estamos en la llamada Carretera Carbonera. Lo mismo que el carbón llegaba a la ciudad por tren, también lo hacia a través de esta vía, por donde, a medio plazo, va a discurrir la futura autovía minera que conectará Gijón con Mieres. En el camino de regreso atravesamos una de las nuevas áreas de expansión del territorio urbano de Gijón. Se trata de Montevil, símbolo del crecimiento constante de la ciudad y contraste de los paisajes dejados atrás en nuestra ruta. Llegamos al centro de Gijón tras este paseo mediante el cual nos asombramos ante la costa oriental y vimos algunos de los restos prerrománicos y románicos del verde concejo.

Un paseo por la costa, al borde del azul del mar, y una incursión por las verdes parroquias rurales de esta parte del concejo nos ha permitido descubrir la parte más verdemar de Gijón.
Fuente: gijon.info